La Mágica Respuesta de Saber SER y Educar en el AMOR
Vemos a diario en los noticieros y en diversos medios de comunicación,
muchos casos de violencia (lo que hoy conocemos con el nombre de
Bullying), tanto en las familias como en las escuelas el maltrato
infantil, las agresiones, abusos sexuales, niños trabajando hasta altas horas
de la noche, stress, desnutrición infantil, etc., afectan como es lógico, a
nuestros niños en su formación y desarrollo emocional,
psicológico y por ende en su educación escolar.
Es imprescindible que al
haberse incrementado este tipo de situaciones, tanto padres de familia como
docentes no ignoremos ni seamos ajenos pasando por alto estos hechos ya que
todos y cada uno de nosotros somos y formamos parte del proceso de crecimiento
y desarrollo de formación educativa de nuestros niños
y jóvenes que están abriéndose paso en el camino de sus
vidas a esta sociedad que lamentablemente y en muchos casos como vemos a
diario se ven expuestos a estas y otras situaciones tan perjudiciales.
La vida del niño trascurre fundamentalmente en dos entornos, su familia y
el
centro educativo. A partir de la pre adolescencia también la sociedad es un
nicho fundamental de aprendizaje, pero la mayor parte del tiempo se pasa con
adultos padres o docentes que juegan un papel básico en la educación y
desarrollo de la personalidad de los niños y suponen un modelo y referente de
conductas, actitudes, valores y cómo no, también del manejo de emociones.
Es por ello que siendo
nuestra única responsabilidad como
adultos, el velar por el
bienestar en el desarrollo de su formación educativa, debemos partir desde el
lugar en el cual se inicia el desarrollo y personalidad del SER, desde el propio
origen del núcleo familiar, en los hogares, en las familias y en los centros
escolares en los cuales transcurre también
gran parte de su vida educativa y se desenvuelve a diario, sabiendo que si no
prestamos la debida atención a estos casos sin tomar las medidas
preventivas y correctivas necesarias y no acogemos con el debido
apoyo y sostenimiento necesario y requerido, pues simplemente seremos los
forjadores a que estos y muchos casos más se puedan ir incrementando con el
transcurso del tiempo ( como ya lo estamos viviendo actualmente ) y
las consecuencias que puedan surgir en un futuro no muy lejano.
Es por ello muy importante el saber lograr
entablar verdaderas relaciones vinculares positivas que generen equilibrio,
armonía, confianza y respeto entre padres de familia, docentes, estudiantes,
directivos y toda la comunidad educativa y familiar en general, ya que esto facilitará
el acercamiento, honesto, abierto, real y sincero, haciendo posible, que
estas relaciones sean más confiables y óptimas para poder encontrar de la mejor
forma posible las alternativas de solución a estos y otros múltiples y variados
casos que puedan surgir o presentarse.
Un docente que conoce verdaderamente a sus
estudiantes, (lo que supone interés y dedicación) prevé cómo van a
reaccionar ante un hecho concreto. El estudiante debe tener la seguridad de
estar apoyado por el docente y esto se consigue reforzando las actuaciones
positivas del estudiante, en lugar de resaltar con frecuencia las negativas,
cultivar el diálogo y especialmente la actitud de saber "escuchar",
facilitan el dialogo, el acercamiento y la confianza debida para poder saber lo
que realmente pueda estar sucediéndole.
Ser docente no significa ser estrictamente
rígidos con nuestros estudiantes, el acercamiento, empático y la confianza que
deseamos transmitirles se dará conforme a ese trato personal, a esa
relación vincular que nosotros mismos generemos y esto simplemente se forja
mediante la dedicación que con verdadera vocación, pueda dar y expresar el
propio docente, quedando siempre a salvo el "respeto", y el aprecio
mutuo, que debe existir entre ambos.
Un docente debe mostrar
siempre: respeto, ánimo alegre, actitud amistosa, madurez emocional,
sinceridad, preocupación, afecto e interés por sus estudiantes,
estar continuamente atento a sus necesidades y estados de ánimo, trabajar con
ellos, para que a su vez muestren estas mismas características en la relación
con sus compañeros y sus seres queridos.
Aquí también se encuentra implicado, el
establecer relaciones cooperativas y de apoyo conjuntamente con los
padres de familia a trabajar en equipo, ayudándose entre sí, es
decir, un ambiente donde los valores y el afecto sean lo más
importantes y principales protagonistas de la formación y educación
que deseamos inculcar y transmitir, ya que en algunos casos, la
desintegración familiar y la falta de valores en nuestra sociedad, hacen que la
violencia y otro tipo de agresiones afecten la necesidad de atencion y apoyo
que nuestros niños requieren.
Es por ello necesario e indispensable
fomentar la confianza mutua entre docentes, padres de familia y estudiantes,
que se encuentran inmersos dentro de esta importante y trascendental misión de
“saber guiar y educar “.
Una relación de
colaboración y apoyo mutuo será posible si existe una clara delimitación de los
roles y las responsabilidades que cada uno dentro de su rol debe
cumplir, generando así un clima de confianza entre padres, docentes y
estudiantes.
Siendo entonces el
hogar familiar el primer centro educativo y los padres de familia los primeros
educadores de sus hijos, es necesario e indispensable no dejar de tomar
en cuenta el papel fundamental y la participación que tiene la familia en la
educación y formación, en cuanto al apoyo que ellos deben brindar hacia un
mejor desarrollo personal, social y educativo de sus propios hijos, el
cual deberá ser realizado de manera conjunta y en unión entre los
docentes, padres y madres de familia.
“Es
por medio de estrechar verdaderos lazos de colaboración,
orientación y participación mutua en el proceso educativo, que se logrará la
autentica formación del SER, teniendo como base el AMOR que rechaza todo
tipo de violencia y maltrato inspirándonos para poder transmitir lo que
realmente somos y deseamos”.
Nadie nace sabiendo ser buenos padres, ni magníficos maestros, lo que trato
de explicar es simplemente que hagamos en lo posible a que esa semilla que está
tratando de abrirse paso por este camino hacia su vida, sea más fructífera y
prospere, que pueda tener esa base sólida y firme de apoyo que es su propia
familia y nosotros sus propios maestros que lo puedan comprender y ayudar
mediante esa comunicación empática y abierta al dialogo, entendimiento,
comprensión y equilibrio que debe haber en cuanto al manejo de sus propios
comportamientos y reacciones frente a las situaciones que este atravesando.
Los niños aprenden por imitación y asimilación de valores, actitudes,
hábitos, respuestas emocionales ante diferentes situaciones, pero también por
acomodación, gracias a sus propias experiencias de interacción con el mundo
familiar y social que les rodea.
Las conductas se aprenden y las emociones también. Lo positivo de esto es
que podemos enseñar a nuestros hijos a gestionar de forma
positiva sus emociones y a que aprendan a identificar y responder
de forma adecuada a las emociones y reacciones de los demás.
Los profesores han de transmitir un conjunto de conocimientos,
inculcar una serie valores, fomentar determinados hábitos, pero es deber
de los padres acompañar, guiar, modelar y apoyar a los hijos durante todo su
crecimiento.
“El padre de familia que sea capaz de amar a sus hijos
e hijas, que sea afectivo, cordial y amistoso llegará a ser uno de sus mejores
amigos, por lo tanto, se convertirá en el orgullo de ellos. Será capaz de
transmitirles seguridad y confianza, de tal forma que encuentren el apoyo
moral en todos los momentos de crisis”.
En la medida en que el padre de familia no
desvíe su atención hacia otras actividades, que poca injerencia poseen
en el cuidado y educación de sus hijos, tendrá la oportunidad de
darles los mejores momentos de su vida los cuales le quedarán grabados para
siempre.
Un maestro que es consciente y sabe de dónde
y cuál es ese ambiente familiar que rodea a su estudiante, sabrá por
ende cual es esa mágica motivación que lo lleva e impulsa a ser y actuar de esa
manera, y sabrá escoger acertadamente la formula correcta para un manejo
adecuado y solución a todos estos casos que actualmente se nos presentan a
diario.
Si verdaderamente es nuestro deseo el
tratar de mejorar e inculcar una verdadera educación y formación en base a
valores y principios que ayuden y orienten en el desarrollo tanto personal como
social, en todo aspecto y ámbito en el cual sepan desenvolver sus
propias habilidades y aprendan cada día otras nuevas capacidades, pues entonces
llego el momento en que debemos ser capaces de lograr enfrentar el reto de SER
VERDADEROS guías formadores que apoyen y orienten mediante el propio ejemplo de
vida y educación que nosotros como adultos responsables, podamos inculcar y
transmitir sabiamente desde pequeños en el seno del hogar, como padres
y en las instituciones educativas, como maestros.
Padres y Educadores transmitan siempre:
Alegría, sentido del humor, capacidad para
dramatizar y ver el lado bueno de las cosas. Si enseñamos a nuestros hijos a
vivir con alegría y se la contagiamos, contribuiremos a que formen una
personalidad sana, generosa y abierta.
|
|
Respeto, tratar al otro tal y como desearías ser
tratado tú. Respetar significa dejar que el otro sea el mismo, equivocarse y
corregir sus errores y no colgarle constantemente etiquetas negativas ni
tratar de que adopte su forma de ser y de comportarse a nuestro
capricho.
|
|
Amor, pero dar y enseñar un amor como algo
permanente. Un niño necesita amar con confianza y pensar que el amor es tan
seguro como el amanecer, como la salida del sol cada mañana. Sólo la
seguridad en el amor le dará suficiente consistencia interna y confianza en
si mismo, para afrontar las dificultades a lo largo de su vida con verdadera
madurez.
|
|
Honradez, integridad, sinceridad, coherencia entre
lo que pensamos, decimos y hacemos. Que los demás puedan confiar en nosotros
porque cumplimos lo que prometemos y respetamos lo que es de los demás. Si tu
hijo trae a casa algo que ha sustraído en el colegio o en alguna tienda,
hazle entender que ha cometido una mala acción. No le castigues ni
culpabilices, pero exígele que devuelva lo sustraído y reconozca que ha
obrado mal. Así aprenderá a ser íntegro desde pequeño.
|
|
Valentía y valor para encarar las dificultades y
contratiempos. El niño tiene que aprender a hacer cosas que no le gustan,
pero que le convienen para su formación, y saber que las dificultades serán
sus compañeras de por vida. Sólo con valentía y tesón logrará
superarlas.
|
|
Fe, confianza, esperanza. Fe en sí mismo, confianza
en sus capacidades. Capacidad para soñar y proponerse una meta con ilusión y
entusiasmo, y creer firmemente que logrará cuanto se
proponga.
|
|
Generosidad, deseos de hacer el bien,
de sentirse útil, de ser ciudadano del mundo y hermano entre sus hermanos,
los hombres de cualquier raza y condición.
Fuente : Angie Vidal Reinoso http://www.educar.org/religion |
Saber educar, guiar y formar mediante una
adecuada orientación que ofrezca el apoyo en el correcto y adecuado desarrollo
de vínculos positivos que generen confianza, y afecto y que logre
brindar ese soporte de ayuda hacia su propio desenvolvimiento y superación en
su vida, es formar y educar real y verdaderamente, pensando siempre en el
instrumento que somos para poder Dar y Servir a nuestros niños, que serán el
fruto de lo que nosotros mismos hemos cosechado, con nuestro propio ejemplo de
vida que les hemos inculcado y en el que deberá primar siempre una base sólida,
fuerte y estable, de principios y valores fundamentales de los cuales nunca
olviden para esta gran importante y necesaria misión educativa que tenemos
todos nosotros los involucrados dentro de nuestro rol como padres y maestros
hacia nuestros niños ….
”Hacerlo siempre todo con verdadera VOCACIÓN y AMOR, siguiendo siempre el ejemplo de Cristo… nuestro verdadero
MAESTRO”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario